No cabe duda que la mayoría de los mexicanos disfrutamos del gran sabor del chile, en sus distintas variedades, en prácticamente todos nuestros platillos. Nuestra ingesta del picante es incluso un estereotipo para la forma en cómo nos ven desde otros países, e incluso en ocasiones nos llena de orgullo el presumirle a otros nuestra "resistencia" a enchilarnos.
Hay fuertes motivos para creer que el chile es originario de México, siendo las regiones del sur de Puebla, Oaxaca y Veracruz la "cuna" del cultivo domesticado de este. El chile se difundió por todo el mundo con la llegada de los españoles a México, y desde entonces fue adoptado por la cocina de muchas culturas.
Actualmente se tienen identificadas unas 64 variedades de chiles en México, los cuales son consumidos frescos, fritos o asados, en conserva, en polvo, y no podemos dejar de lado la gran variedad de salsas picantes que hay, no solo en México, sino en todo el mundo. Gran parte de los platillos de los Mexicanos son condimentados con chiles de distintas variedades e incluso existen personas que, si no acompañan sus comidas con algún tipo de picante, no disfrutan sus alimentos.
Las distintas variedades de chile contienen muchas propiedades benéficas para la salud, como Carotenos, Vitaminas B y C, Magnesio, Potasio y Hierro. Consumirlos puede ayudar al organismo a asimilar otros nutrientes, y hay estudios que indican que consumir chile con regularidad puede ayudar a prolongar la vida.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en México, reportó en 2016 un cultivo de 173,146 hectáreas de los distintos tipos de Chile. No importa si es fresco, seco o en una deliciosa salsa... No cabe la menor duda de que este delicioso ingrediente seguirá formando parte importantísima de la dieta de los mexicanos.